Eran tal vez de una especie que Animal Planet aún no había podido registrar. Confundidos ocasionalmente con los otros, esos de color negro, los que tienen fama de chupa sangre. Eran…andá a saber qué eran…Por el momento se puede decir que eran dos pajaritos que gustaban de la noche. Tenían dos alas, dos patas, dos picos. Que se yo, tenían todo lo que los otros tienen, pero revoloteaban mejor de noche que de día, y no porque el sol no les gustara eh! Era por otra cosa, quién sabe cual, pero por algo era. Pajariten Nocturnen se me hace que se deberían llamar.
La cuestión es que estos pajarracos estaban podridos de los quilombos del nidito, abrir las alas y volar, que te doy un piquito, que no, que te revoloteo, que me revoloteas. Bueno, usted sabe, todos estos problemas de la rutina aviar. Así que pusieron plumas en el asunto, se compraron un par de lápices, hojas y biromes en el mercadito del palomo de la esquina, y aquí están, sublimando un poco.
Quedan todas las especies vivas, y las no tanto, completamente invitadas a darse una vuelta de vez en cuando por estas virtuales hojas, que mientras sigamos colgados de la rama, y haya tinta en el tintero, el lapicero será nuestro refugio… y punto!